miércoles, 17 de marzo de 2010
Aeropuerto de barajas
El 30 de diciembre de 2006 la banda terrorista ETA coloca una bomba en una furgoneta que iba cargada con entre 200 y 500 kilos de explosivos.
La furgoneta bomba, un Renault Traffic, estalló el mismo día, un sábado, 30 de diciembre de 2006 a las 9:01 en el aparcamiento D de la T4 del madrileño aeropuerto de Barajas matando a dos madrileños de nacionalidad ecuatoriana, llamados Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. El ministro de exteriores Moratinos confirmó estas muertes al gobierno de Ecuador a las pocas horas, si bien en los medios de comunicación españoles continuaron hablando de desaparecidos.
La situación es de colapso absoluto, por lo que se tardará un tiempo muy considerable, no horas sino días, en comprobar si hay alguna persona sepultada bajo de los escombros
La autoridades barajaron que el vehículo estuviese cargado con 200 kilogramos de explosivos, aunque EFE elevó la cifra a 500. Además de los graves daños materiales -la explosión provocó una densa columna de humo, el hundimiento de cinco plantas del módulo D del aparcamiento de la T4 y que varios coches ardieran-, Alfredo Pérez Rubalcaba informó al mediodía de que había una persona desaparecida y por la tarde se dio a conocer la existencia de una segunda persona también desaparecida a causa del atentado. Sus familiares habrían dado la voz de alarma a última hora de la mañana. También hubo una veintena de heridos.
Estado en el que quedó la zona del módulo D de Barajas tras el atentado.
El primero sería un joven ecuatoriano que iba a acompañar a una mujer al aeropuerto para buscar a un familiar. Él decidió quedarse en el coche "echando una cabezada", según el ministro de Interior. La novia del desaparecido pidió con angustia -en declaraciones a RNE- que se pusiesen en contacto con ella.
Después de atender a 26 heridos muy leves -entre ellos dos agentes heridos leves por los cristales del aparcamiento-, el hospital de campaña montado por el Samur comenzó a recogerse. Algunos pasajeros se quejaban de dolor de oídos por la explosión.
Se produjeron tres llamadas para informar de la colocación de la furgoneta bomba: una primera a la DYA de Guipúzcoa, otra a los Bomberos de Madrid y una tercera -en nombre de ETA- al teléfono de emergencias SOS-Deiak de Guipúzcoa. La policía procedió a desalojar inmediatamente a los pasajeros del aparcamiento y trasladarlos a la terminal, por lo que no hubo heridos de gravedad. No obstante, la Organización Agetaxi protestó por el comportamiento de la Policía ya que, a su juicio, varios taxistas resultaron heridos en el atentado de Barajas porque no desalojaron la parada.
La Terminal 4 del aeropuerto de Barajas retomó, poco a poco, su actividad. Dos vuelos de Iberia, con destino a Venecia y Casablanca, fueron los primeros en salir de la T4 desde que se retomara el servicio pasadas las 14.00 horas. Sin embargo, los accesos por carretera a la terminal siguieron completamente colapsados, por lo que las autoridades pidieron a los usuarios que accedan a la T4 en transporte público -y no en coche privado-. El resto de terminales funcionaron con normalidad, aunque los pasajeros se quejaron de falta de información por parte de las autoridades.
Estado de los aparcamientos del aeropuerto de Barajas días después de la explosión de un coche-bomba el 30 de diciembre de 2006.
La banda armada nunca había cometido una acción terrorista durante la suspensión de sus actividades y siempre anunció previamente su decisión de continuar con los atentados en una declaración previa. Así que tras nueve meses de cese en su actividad terroristael atentado sorprendió cuando se esperaba un comunicado de la banda armada durante las Navidades. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció en rueda de prensa desde Moncloa que había ordenado "suspender" las iniciativas de diálogo, por lo que con este atentado terrorista, la banda ETA puso fin al "alto el fuego permanente" que había mantenido durante buena parte del 2006.
La furgoneta en la que se cargó los explosivos había sido robada algunos días antes en el sur de Francia a un joven Guipuzcoano que se encontraba esquiando en el Pirineo Francés. ETA mantuvo secuestrado al joven hasta algunas horas después de producirse el atentado.
El 4 de enero de 2007 se encontró el cuerpo de Carlos Alonso Palate, en el interior de su vehículo, en el módulo D del aparcamiento.[1] El cuerpo de Diego Armando Estacio se recuperó el 6 de enero de 2007 a las 09:35
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